sábado, 2 de octubre de 2010

Ante el absolutismo revolucionario de fines del s. XVIII, reacciones del espíritu tradicional argentino - 26ª nota

Apostolado de la Mama Antula (gentileza Instituto San Cayetano)

De la entrada anterior (nota 25ª)

La Real Ordenanza no era otra cosa que el hacha asestada al pie del tronco. Una agresión avasalladora recibida de la Metrópoli donde estaba el Rey absolutista, rodeado de aquellos “felinos del Iluminismo” –como los llama Busaniche- que actuaban en la Corte, ya abiertamente, ya en la trastienda, moviendo misteriosos hilos conspirativos en América, que no eran otros que los movidos por las logias en toda la Cristiandad.
“El absolutìsmo real, que parecía la consolidación del principio de autoridad, no era sino un principio revolucionario: la omnipotencia del Estado ante las leyes de Dios y de la Iglesia”, observa con agudeza Plinio Corrêa de Oliveira.
Reacciones del espíritu tradicional argentino frenan el avance de la ofensiva anticristiana
Rebrote ignaciano

Entretanto, nuestra entrañable Civilización Cristiana, fundada en los siglos de oro y de plata, daba signos de vitalidad, y del algarrobo hachado surgía inesperadamente un brote nuevo. Expulsados los jesuitas, la tradición ignaciana no muere. Impregnada del espíritu del campeón de la Contra-Reforma, la distinguida seglar María Antonia de Paz y Figueroa, descendiente de encomenderos y primeros pobladores santiagueños, recorre el Tucumán organizando los Ejercicios Espirituales con éxito sorprendente, en pleno auge del Iluminismo.
Buenos Aires se muestra como una refractaria plaza a conquistar. Y la Mama Antula la conquista, desafiando las incomprensiones y oposiciones. En una de sus concurridas tandas tiene la alegría de recibir la visita y el respaldo de los dos Obispos, tucumanense y bonaerense.


Fuente:

II Jornada de Cultura Hispanoamericana por la Civilización CristianaCabildo histórico de SaltaSIGLOS DE FE EN ARGENTINA Y AMÉRICA PREANUNCIAN UN FUTURO GLORIOSO –La formación de la civilización cristiana y mariana en nuestro suelo y su resistencia a la Revolución igualitaria (ca. 1530-1830)

No hay comentarios: