sábado, 26 de octubre de 2013

Los secretos de la Teología de la Liberación: la nueva religión, igualitaria, roja y verde



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NOTICIAS DE ACTUALIDAD COMENTADAS 
PARA LA JORNADA DE CULTURA HISPANOAMERICANA
POR LA CIVILIZACION CRISTIANA Y LA FAMILIA (I)
Ver más abajo nota sobre la 'diosa' Tonantzin


Por Elena Brizuela y Doria
Vamos a sintetizar unas pocas pero importantes  noticias recientes.  Algunas asustan y entristecen, otras nos hacen sentir bien, porque vemos que “cuando las papas queman”, la mejor parte de la sociedad reacciona y pone resistencia al mal. Eso es importante, dan ganas de reunir esfuerzos y luchar, con los ojos y el alma puestos en María Santísima, que es la verdadera Madre, la Medianera de todas las Gracias. Y sabiendo que, como dice la oración, “es terrible como un ejército puesto en orden de batalla”, cuando es necesario.
Comenzamos por una de fundamental importancia: “CONGRESO CONTINENTAL DE TEOLOGÍA”, noticia de la Agencia ACI, con notas y comentarios del sitio Tradición y Acción por un Perú Mayor (*),  y algunos  agregados nuestros.                                                          
Un “Congreso Continental de Teología”, realizado bajo los auspicios de la Universidad Jesuita UNISINOS en San Leopoldo (Brasil), durante cinco días -del  7 al 11 de octubre de 2012-, reunió a los teólogos ‘liberacionistas’ mas destacados.
El ex  franciscano brasileño “Leonardo” Boff (seudónimo de Genésio Darci Boff),  antes de renegar formalmente de la Fe católica y hacerse protestante, era uno de los principales exponentes de la corriente eclesiástica  “Teología de la Liberación”. Esta es  revolucionaria y aparentemente nueva, pero con  viejas raíces.
San Pio X a principios del siglo XX denunció  lo que se llamó “modernismo”, por sus desviaciones con respecto a la doctrina católica. Sobre la base modernista  surge la “Teología de la Liberación”. Dando pasos adelante, rehace sus  energías  en el post-concilio y se expande entre el clero y las religiosas progresistas. Su planteamiento dogmático y su metodología llevan a reformular radicalmente la fe cristiana introduciendo el análisis de conflicto social marxista.
En 1984, la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, a cargo del Cardenal Joseph Ratzinger, dio a conocer la “Instrucción sobre algunos aspectos de la ‘Teología de la Liberación’ “, que la condena; su publicación fue ordenada por el Papa Juan Pablo II.  A pesar de esto,  ahora dan una versión  remozada: a los antiguos tonos rojos, le agregan los verdes, completando su tendencia  PANTEISTA: es la ECO-TEOLOGIA MARXISTA con los dogmas básicos del ambientalismo radical. Boff reaparece como su exponente máximo.  



Boff, a puño cerrado, 
cada vez más parecido a Marx


Este Congreso  de San Leopoldo proporcionó algunos avances de esta  “teología de la liberación roja y verde”: lo básico es la ‘opción por los pobres, contra la miseria y la opresión’; lo “clásico” en el contexto de la lucha de clases.
La gran novedad  es que:
“Dentro de esta opción por los pobres se debe introducir al gran pobre que es la Madre Tierra, la Pachamama,  la Magna Mater, la Tonantzin (‘diosa’ mexica),  la Gaia (la ‘diosa tierra’, en griego), es la gran pobre devastada y oprimida.  Y para disipar cualquier duda insistió: “No sólo los pobres gritan; gritan las aguas, gritan los árboles, gritan los animales, gritan los vientos; la tierra grita”. 
Con el correr de los años, la Teología de la Liberación se ha “liberado” más aún. ¿O tal vez  Boff creyó que ya es tiempo de poner sobre la mesa en forma clara su verdadera ideología?  Recordemos la teoría marxista que alimenta  la lucha de clases: `obreros oprimidos’ contra ‘patrones opresores’; en cualquier área, no debe haber un superior o una autoridad, porque esa situación es considerada de opresión.
La novedad planteada por Boff es esta: la tierra grita, el planeta grita.  ¿Qué es lo que gritan? Una nueva lucha de clases, evolucionada: la lucha del planeta ‘oprimido’ contra el ser humano ‘opresor’. Y su desenlace podrá ser que “este organismo que llamamos Tierra y del que formamos parte” -notemos que no dice “en el que habitamos”, sino “del que formamos parte”-, en cualquier momento puede “expulsarnos como si fuéramos células cancerosas”. “Sería, entonces –concluye el artículo, con lógica- la extinción de la humanidad”.
Boff  anunció también quién suplantará al hombre cuando éste desaparezca. Atención, porque parece ciencia ficción: “la «Madre Tierra» -o sea la Gaia, la ‘diosa tierra’- estaría preparando un nuevo ser: un calamar gigante habitado por el “espíritu”, que  substituiría a la humanidad  expelida.  La Tierra se convertiría  en el planeta de los calamares gigantes inteligentes.   Semejante disparate  evoca a determinados dioses de la India, mezcla de hombre y bestia, y se hallaría bien cerca de ciertas representaciones demoníacas clásicas. Sería un singular avatar (encarnación terrestre de un ‘dios’, en el hinduismo),  generado por las entrañas del averno material, pero habitado por un ‘espíritu’ venido de no se sabe dónde.
En esto, que parecen devaneos de demencia senil, hay una lógica: Boff cree que “el universo es autoconsciente”, y que el “organismo”  llamado Tierra “comenzó a pensar, sentir y amar”,  o sea que “el cosmos y nuestro planeta serían seres vivos y pensantes, como cualquier humano” –dice Tradición y Acción.  .  
Aquí se revela la doctrina de fondo de la Teología de la Liberación: es la vieja gnosis, a la vez panteísta y atea; la antigua religión del demonio que niega la existencia de un Dios Creador, personal y distinto de los seres creados, y sostiene que sólo existe una divinidad fragmentada y difusa, esparcida por la naturaleza, incorporada e inmanente en ella.
Está claro que este devaneo panteísta lleva al ex fraile a entender a Dios Uno y Trino no como el Ser absoluto, sino como “la gran energía fundamental”, impersonal. Y a la tierra, Boff  la ve como una “Madre” cruel que exterminaría la humanidad para liberar al “espíritu” que reside en sus profundidades; la tierra sería una especie de dios-demonio. 
Ese exterminio de la humanidad sería necesario para rescatar a la “Madre Tierra” que “está crucificada, hay que bajarla de la cruz, como lo hemos hecho durante décadas con los pobres”. “El grito de la tierra es el grito de los pobres, y el  grito de los pobres es el grito de la tierra, nuestra Madre Tierra”. 
Y continúa: “Dios siempre llega antes que los misioneros y siempre actúa antes que ellos”. Es la visión comuno-tribalista lírica, según la cual  los pueblos primitivos ya ‘viven el Evangelio’ porque están en ‘comunión con la naturaleza’, y por eso son mejores que los civilizados. Las pseudo-revelaciones paganas, antes atribuidas al demonio, serían ahora mensajes emanados de la Tierra pensante.
No cabe duda de que estamos frente a otra religión, opuesta diametralmente a la Fe en Jesucristo. En consecuencia, el “catolicismo actual” sólo merecería sobrevivir si se reformulara y entrase en armonía con esa divinidad que es la “Madre Tierra”, a la cual  el ex fraile y otros teólogos de la liberación  se jactan de estar revelando al género humano.
Nos preguntamos: ¿Las Sagradas Escrituras están fuera de vigencia?  ¿O es que  los teólogos de la liberación han hecho una lectura con mirada marxista?   Porque el planteo  tiene innúmeros puntos en común.  En cambio, la Biblia dice: “Crió Dios al hombre a imagen suya…, criólos varón y hembra. Y echóles Dios su bendición y dijo: CRECED y MULTIPLICAOS, y henchid la tierra y ENSEÑOREAOS de ella, y DOMINAD a los peces del  mar y a las aves del cielo, y a todos los animales que se mueven sobre la tierra…. Y vio Dios todas las cosas que había hecho: y eran en gran manera buenas”. (Gen. I, 27-31)

El Obispo brasilero Mons. Demetrio Valentini
da un discurso en una logia masónica donde fue homenajeado.
Nótese el gran ojo señoreando sobre el conjunto.

Volviendo al  congreso en San Leopoldo, allí estaban  el  dominico peruano Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la Teología marxista de la Liberación, el jesuita español Jon Sobrino, sancionado por la Congregación para la Doctrina de la Fe en 2007 por “falsear la figura del Jesús histórico”, el Obispo de Jales (Brasil), Mons. Luis Demetrio Valentini, conocido por haber criticado la oposición de Obispos brasileños al programa abortista de Dilma Rousseff, y por recibir homenajes de la masonería,  y por muchos otros hechos similares. 
Con acentos mesiánico-subversivos, a pesar de profesar una creencia radicalmente anticristiana, Boff se autodefine así: “eco-teólogo de matriz católica”.
¿Cual es la conclusión de este artículo? La Teología de la Liberación se arranca la máscara y deja ver lo que es: una nueva religión, radicalmente igualitaria y gnóstica, la religión de la Revolución.
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(*) CAE LA MÁSCARA - Teólogos de la Liberación revelan secretos de la nueva religión verde


[1http://www.acidigital.com/archivo.php?fecha=2012-10-23
[2http://assertum.blogspot.com/2012/10/leonardo-boff-pide-reinterpretar.html
[3http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2007/03/19/opinion/4409
[4http://www.fenixnews.com/2012/09/18/un-obispo-participa-en-ceremonia-masonica-otro-les-oficia-la-santa-misa-a-pesar-de-estar-condenada-la-masoneria/
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                           La 'diosa' Tonantzin, envuelta en serpientes, y
                           con garras en lugar de pies, que se intenta confundir
                           con la Virgen de Guadalupe, para destruir la profunda
                            Fe mariana del pueblo mejicano


Me parece oportuno hacer un alto en la síntesis de la noticia para aclarar quien es la “Tonantzin” a quien  Boff declara oprimida y devastada, llamando con ese nombre a la tierra. En Méjico el cerro Tepeyac  es el último que hay que ascender antes de llegar a la misión que tenían los  franciscanos en la ciudad de Tlaltelolco  -año 1531.  Para allí se dirigía el Indio Juan Diego cuando en el Tepeyac  se le apareció la Virgen de Guadalupe. En este mismo lugar es donde los nativos adoraban a una cruel ‘diosa’ que llamaban “Tonantzin”, madre de sus ’deidades’, a quien le ofrecían víctimas humanas. La Virgen María pidió a Juan Diego que allí se edifique para Ella un templo, ciertamente para la evangelización y conversión de los nativos, que abandonaron sus múltiples supersticiones y atavismos, abrazando la fe Católica (según el autor Lesy Barbé, en “Nuestra Señora de Guadalupe, perfil de las apariciones…”, Segunda edición, Verón editores, Barcelona (España, 2002.)                                                                     
 E. B. y D.
 (La presentación de esta ponencia continuará próximamente
con otros hechos de actualidad)

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