viernes, 31 de enero de 2014

Festividad de Ntra. Sra. de la Candelaria de EL BUEN SUCESO - 2 de Febrero - Luminosas revelaciones para nuestro tiempo

Milagrosa Imagen de Nuestra Señora del Buen Suceso – Monasterio de la Limpia Concepción – Quito, Ecuador
ALGUNAS NOTICIAS SOBRE LAS PROFECIAS
San Pedro y San Pablo nos enseñan en sus cartas, que las profecías son inspiradas por el Espíritu Santo; que son como una antorcha que luce en un lugar oscuro, hasta que amanezca el día, y la estrella de la mañana nazca en nuestros corazones. Su finalidad es preparar las almas para la conversión, para el amanecer de un mundo nuevo.
Esto es muy interesante y auspicioso si lo articulamos con todo lo que dijo la Virgen en Fátima y que concluyo así: “Por fin, mi Inmaculado Corazón  triunfará”. Es una promesa magnífica, de gran misericordia.
Coincide con las profecías de Nuestra Señora en Quito, Ecuador, entre los años 1594 y 1634 bajo la advocación de “El Buen Suceso”, de las que hizo depositaria a la religiosa concepcionista Mariana de Jesús Torres y Berriochoa.
¿Como sabemos de estas  profecías?
El Director del Archivo Arzobispal de la Curia de Quito, Monseñor Dr. Luis Cadena y Almeida escribe una obra magnífica, “destinada no solo a Ecuador, sino a hacer bien  a todo occidente, quizá al mundo entero”, afirma su prólogo. El libro se titula “Madera para Esculpir la Imagen de una Santa”. Presenta la biografía de esta religiosa y las profecías que recibe de María Santísima.

Monseñor Cadena se informa en los cuadernos escritos por el Rdo. Padre Manuel Sousa Pereira, de la Orden Seráfica de los Menores del Convento de San Francisco de Quito. Los  escritos del Padre Sousa forman parte de las crónicas del Monasterio de la Limpia Concepción de aquella ciudad, todo lo cual fue aprobado por su Obispo, Monseñor Don Pedro de Oviedo, quien fuera director espiritual de la Madre Mariana. Estas crónicas antiquísimas se extraviaron, y se encontraron en 1922. Monseñor Cadena se ilustra en estas fuentes y escribe su obra en 1987. Varios otros autores las estudiaron también.

¿QUIÉN FUE LA MADRE MARIANA?
Española, natural de Vizcaya, nació en 1563; su familia era noble, dedicada a la producción  vitícola en sus campos.
Fue un alma predestinada por Dios y cumplió con fidelidad su vocación. A tal punto su unión espiritual con el Creador era perfecta, que cuando tomó la primera comunión, El le reveló altos misterios de la Sagrada Eucaristía.
El Rey Felipe II, accediendo a un pedido de sus súbditos americanos de Quito, encargó a su prima monja, la Madre María de Jesús Taboada, la organización de la expedición y fundación en aquella lejana ciudad, de un Monasterio de religiosas de clausura de la Orden Franciscana de la Limpia Concepción. Mariana, a su vez, era sobrina de la Madre María de Jesús, quien,  conocedora de su espiritualidad, se ocupaba de su formación.
Adolescente aún, pero sabiendo perfectamente lo que quería hacer de su vida, integró el grupo de las siete fundadoras,  en calidad de postulante. 
El viaje fue una travesía terrible; se desató una tormenta atroz;  el cielo se oscureció transformándose en una funesta noche. De pronto Mariana dio un grito y cayó desmayada. Cuando volvió en sí, le confió a la Madre María de Jesús: “no sé en qué mundo estuve…” . Había visto una inmensa serpiente que se retorcía en el mar haciendo peligrar el navío; y una Señora vestida de sol y coronada de estrellas que tenía un ostensorio con el Santísimo Sacramento en el pecho y el Niño Dios en un brazo; con la otra mano sostenía una espada de dos filos, cuya empuñadura era una Cruz de oro. La afirmó en el Santísimo Sacramento y  golpeó al animal con tanta fuerza que le destrozó la cabeza; aún así, el demonio dio horribles alaridos diciendo que no permitiría la fundación. Mariana vio las innumerables dificultades y sufrimientos que éste maldito ocasionaría en la vida del Monasterio, pero también que en todos los tiempos habrían religiosas santas que darían gloria a Dios y a Su Madre, y atraerían  innumerables Gracias. Concluyó su relato diciendo: “… y … un día,  la Reina de los Cielos se comunicará conmigo”.
Y así fue.
Fundaron el Monasterio en enero de 1577. A las religiosas españolas se le unieron varias criollas.
A los quince años hizo sus votos perpetuos; mientras la Madre Abadesa dirigía la ceremonia, Mariana estaba físicamente allí, pero su alma, en éxtasis,  fue arrebatada al Cielo, donde el Divino Esposo le entregó como regalo de bodas, Su Cruz!; oficiaban de padrinos la Virgen María y San José, colocándole éste una azucena en el pecho, para fortalecerla en la virtud de la pureza. Vio y conoció misterios, hechos y tribulaciones, luchas y Gracias enormes.
La vida de Mariana se tornó mas angélica que humana. Los éxtasis y las comunicaciones con el Esposo se multiplicaron; éste le concedió una relación viva con el Angel de la Guarda, a quien veía armado como para un combate, porque la custodiaba y la defendía de los ataques de la maldita serpiente, de los que siempre salía victoriosa.
Vivió situaciones insólitas e increíbles: Fue Abadesa a los 30 años y reelegida  dos veces. Sufrió cárcel tres veces en el propio convento aún siendo su Priora, con sus hermanas fundadoras españolas. Su caridad inmensa la llevó a cosas tales como canjearle a Nuestro Señor el sufrimiento durante cinco años de las penas del infierno que debía haber padecido una religiosa tentada por el demonio; rezó y luchó hasta lograr su conversión, arrepentimiento y salvación! La Madre Mariana murió físicamente tres veces! Las dos primeras volvió a la vida, pues tenía mucho que hacer todavía…! En la definitiva, a los 72 años, hizo el milagro de llevarse con ella a una monja joven y santa,  quien se lo había pedido como una gracia muy especial, y cuya alma voló con la de Mariana al cielo, mientras rezaba abrazada a sus pies en el velatorio! 
Sor Mariana de Jesús Torres y Berriochoa, noble española que fue elegida por Nuestra Señora del Buen Suceso como depositaria de sus revelaciones
El 2 de febrero pareciera que fue la fecha preferida por la Virgen para hablar con Mariana. Es la celebración de Ntra. Sra. de la Candelaria, también nombrada como Ntra. Sra. de la Luz, y en América Ntra. Sra. de Copacabana; representa la Purificación  de  María Santísima y la Presentación del Niño Dios en el Templo -corresponde al cuarto misterio de gozo del Santo Rosario-.  Preferentemente ese día, entre los años 1594 y 1634, la Virgen la hizo depositaria de revelaciones y profecías importantísimas.

OCURRIÓ UN 2 DE FEBRERO DE 1594
La Abadesa del Monasterio de la Limpia Concepción, Madre Mariana, vio apagarse la luz de la lámpara del Santísimo desde el coro alto de la Iglesia, donde hacía su habitual oración a medianoche; intentó encenderla pero no lo logró. De pronto una bella Señora,  se apareció; se presentó diciendo: “Soy María de El Buen Suceso, la Reina de los Cielos y de la tierra…,  con esta advocación quiero hacer en todos los siglos, prodigios”. Y tuvieron larga conversación, hasta la madrugada.
 Una aureola de gloria la rodeaba con esplendor; estaba vestida con la saya blanca y el capuchón azul del hábito de la congregación; sostenía en su mano izquierda al Niño Dios, de celestial hermosura; en la otra mano llevaba  un báculo de oro bruñido y esmaltado de piedras preciosas; lo que significaba que Ella gobernaría esa santa casa.
La Madre Mariana, tenía treinta  años y cargaba sobre su alma grandes responsabilidades y aflicciones que sobrellevaba a fuerza de oración y sacrificios, fortaleza e inspiración sobrenatural. Nuestra Señora la llamaba por su nombre y  le hablaba como una madre bondadosa y sabia: “He venido a consolar tu afligido corazón…”. 
A partir de ese día la visitó con frecuencia; profetizó, anunció, pidió, le hizo conocer secretos y misterios; le reveló el significado de la extinción de la luz del Santísimo; sus profecías abarcan aquellos tiempos, nuestros días y aconteceres futuros.
Todo lo que debió cumplirse,  ya se cumplió. Estamos comprobando lo que dijo sobre nuestro tiempo. Esperemos con confianza lo que vendrá. Como dice San Pablo: “…con la alegría de la esperanza…”.
  
PROFECIAS,  ANUNCIOS  Y  PEDIDOS
Nuestra Señora de El Buen Suceso le habló a Mariana de la Santísima Trinidad, el Misterio Eucarístico, la Pasión del Señor, los santos, los ángeles y arcángeles, el Cielo, el purgatorio, el infierno, el demonio, los mandamientos de la ley de Dios, los sacramentos, el poder de la oración, el poder de la Madre de Dios, su papel mediador; la Gracia de
Dios, la misericordia, el perdón, la contrición, el premio a la virtud, el castigo, las herejías, etc. Temas que conforman la mas genuina doctrina católica.
La expresión de la Sagrada Imagen transmite el imponderable de la grandeza de sus anuncios
Estas son algunas revelaciones:

*    Las religiosas santas del Monasterio sostienen con su oración y sacrificio, como columnas fuertes y robustas, la integridad de esa casa; son pararrayo de la Justicia Divina ofendida con tantos pecados secretos y  públicos; serán poderosas para conseguir para la Iglesia, la patria y las almas, grandes bienes sin los cuales  no subsistiría Quito; …desgraciado fuera Quito sin este monasterio…
Esto explica la importancia que tuvieron estos conventos, que se multiplicaron y poblaron muchísimo en toda la región; Enrique de Gandía dice en su ensayo “La Independencia Americana”, que en el Monasterio de la Concepción de Lima, en el siglo XIX, había mil cuarenta y una monjas!

*    Las almas escogidas como apóstoles, si son  activas y fervorosas  recibirán grandes bendiciones. Pero ¡ay de las que incautas y ociosas no quieran cumplir su sublime misión!

Hablando de Quito dijo: 
*    “Dentro de poco será república libre, ya entonces se llamará Ecuador”. Exactamente, así fue. 
*    En el siglo XIX vendrá un Presidente de veras cristiano, varón de carácter, a quien Dios Nuestro Señor le dará la palma del martirio en la plaza en cuyo sitio está éste mi convento; el consagrará Ecuador al Sagrado Corazón de mi amantísimo Hijo, y esta consagración mantendrá la religión católica en los años posteriores, que serán aciagos para la Iglesia. En esos años el masonismo, esa maldita secta, tomará en sus manos el poder civil y habrá cruel persecución a las comunidades religiosas, pero en este monasterio el triunfo será nuestro.
Efectivamente, el presidente Gabriel García Moreno hizo tal consagración, y fue asesinado, como lo anunció la Virgen, en agosto de 1875.
Notemos que señala a la masonería en el poder,  culpable de cruel persecución a los religiosos, por lo tanto a la Fe Católica. Y la califica como “maldita secta”. Sería interesante hacer un análisis histórico atendiendo a las palabras de Ntra. Sra. del Buen Suceso, tratando de calificar las acciones de acuerdo a las enseñanzas de Ntro. Señor Jesucristo y del Magisterio de la Iglesia, confrontándolas con las inspiradas por el ideario masónico.

*    En el siglo XIX será proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción y en el siguiente el dogma de la Asunción de María al Cielo en cuerpo y alma.
Lo primero fue cumplido por el Papa Pío IX, y lo segundo por Pío XII.

PROFECIAS PARA NUESTROS TIEMPOS, DEL 2 DE FEBRERO DE 1634
*    En el siglo XX  cundirán herejías, se apagará la luz preciosa de la Fe en las almas por la casi total corrupción de costumbres. Habrá grandes calamidades públicas y privadas. Las pocas almas fieles a la gracia sufrirán cruel e indecible, al par que prolongado martirio; por este sufrimiento serán consideradas mártires. Habrá un ambiente envenenado de impureza que reinará, que a manera de un mar inmundo correrá por calles, plazas y sitios públicos con una libertad asombrosa, de manera que no habrá en el mundo almas vírgenes.

*    Con poder y habilidad, el mal se introducirá en los hogares, apagando la luz de la inocencia en los corazones de los niños.
Las palabras de Nuestra Señora se cumplen  plenamente por la televisión y otros medios de comunicación, que ocupan lugar de privilegio en los hogares y en la mayoría de los sitios públicos.

*   Escasearán las vocaciones sacerdotales, y ¡cuántas vocaciones religiosas perecerán, por falta de formación! Aunque no faltarán sacerdotes santos en el clero regular, mas en el secular se afianzarán menos en su vocación.

Nuestra Señora del Buen Suceso hizo especial hincapié en señalar: 
*    …el desprecio que tendrán los vivientes de ese siglo por el Sacramento de la Penitencia; como enraizados en el pecado tratarán de desconocerlo, para ellos nada será pecado; los mundanos harán caso omiso de él; los sacerdotes, unos lo mirarán con indiferencia, otros no lo administrarán, o lo harán despectivamente, alejando a las almas de él.   Como una excepción, brillará el Santo Cura de Ars, Juan Bautista Vianney, santificándose justamente por la prioritaria importancia que daba a este Sacramento.

*   Es la noche oscura de la Iglesia, muchos perderán su espíritu por la falta de un Prelado y Padre que vele con amor, suavidad, fortaleza, tino y prudencia. Son necesarias muchas oraciones para que Dios ponga fin a tan aciagos tiempos   enviando a quien restaurará la Iglesia y el espíritu de sus sacerdotes; estará dotado de una rara capacidad, de gran humildad, de fortaleza para defender los derechos de la Iglesia; será de corazón tierno y compasivo. Para la venida de este restaurador, hará contrapeso la tibieza de las almas consagradas a Dios. Igual responsabilidad tendrán de que el maldito satanás se apodere de estas tierras; todo lo conseguirá por tanta gente sin Fe que como una nube negra oscurecerá el cielo limpio de la república consagrada al Sagrado Corazón de Jesús, entrando con ellos todos los vicios, y viniendo por ellos toda clase de castigos: hambre, pestes, pendencias, apostasía…

*    Habrá una guerra formidable y espantosa; será triunfante la maldad. Entonces será llegada mi hora, en la que yo, de una manera asombrosa destronaré al soberbio y maldito satanás, poniéndole bajo mi planta y encadenándole en el abismo infernal, dejando por fin libres a la Iglesia y a la patria de su cruel tiranía.

*    Hay dejadez y descuido de las personas que tienen cuantiosas riquezas, que verán con indiferencia que la Iglesia será oprimida, perseguida  en su virtud, triunfante la maldad, sin emplear santamente las riquezas en la destrucción del mal y la restauración de la Fe.
Es interesante esto; quiere decir que emplear dinero para la destrucción del mal, ¡es santo!; claro que no solo dinero hay que invertir, también tiempo, esfuerzo, estudio, sacrificio, lucha. La restauración de la Fe, por la destrucción del mal, es la gran inversión para el cristiano.

La Virgen del Buen Suceso pidió a la Madre Mariana que mandara hacer una imagen tal como la veía a Ella: con el Niño, el báculo de Abadesa y las llaves con las que guarda la integridad de su convento. Le indicó el nombre del imaginero “porque tiene conciencia delicada y guarda escrupuloso los mandamientos de Dios y de la Iglesia…”.
Se hizo como la Virgen lo indicó, y cuando la talla estuvo casi terminada,  el Cielo se hizo presente en el Monasterio: San Francisco y los tres Arcángeles,  envueltos en fulgores sobrenaturales y cánticos celestiales,  transportaron de asombro y dulzura el alma de las monjas, trabajando en la perfección y conclusión de la milagrosa imagen que aún hoy se puede venerar en el antiguo Monasterio.

Las palabras de Nuestra Sra. de El Buen Suceso nos aseguran Su papel mediador entre los hombres y Dios:
*    Vengan a mí, para conducirlos yo a El.

La Madre Mariana adelantó que estos anuncios serían conocidos recién en el siglo XX; y también ella. Y así está siendo.

Volviendo a las enseñanzas de San Pedro y San Pablo, estas profecías inspiradas por el Espíritu Santo, si las tenemos en cuenta serán las antorchas que iluminen la noche oscura que estamos viviendo. Que nos sirvan para reflexionar, para arrepentirnos, para corregir, para vigilar; en una palabra, para volver al redil de Dios, de la mano de Su Santísima Madre, que nos anuncia el Buen Suceso de la restauración completa. Tengamos confianza, porque la estrella de la mañana nacerá en los corazones, en el nuevo día que vendrá. Y el triunfo del Corazón Inmaculado de María será una hermosa realidad.    
 
Nuestra Señora anunció la derrota del demonio y de su obra, la Revolución gnóstica e igualitaria, y la restauración de la Civilización Cristiana
BIBLIOGRAFIA
Monseñor Dr. Luis E. Cadena y Almeida: “Madera para esculpir una Santa”, The Foundation for a Christian Civilization, Estados Unidos de América del Norte. 1987

Afonzo de Sousa: “Mística confidente de la Virgen Santísima previó la crisis actual” Catolicismo, N° 458, febrero de 1989 San Pablo, Brasil

Severo Gómez Jurado, S. J.: “Vida de García Moreno”  Ed. Don Bosco, Quito, Ecuador, 1970

Plinio María Solimeo: “Nuestra Señora del Buen Suceso, profecías y esperanzas para nuestros días” Rev. Catolicismo, febrero de 1988, San  Pablo, Brasil

Nuevo Testamento: II carta de San Pedro a los Judíos, Cap. I, 19-21; II Carta de San Pablo a Timoteo, Cap. III, 16;  Carta de S. Pablo a los Romanos, Cap. XII, 12. La Sagrada Biblia, traducción de la Vulgata de Don Félix Torres Amal, Barcelona, 1983

Enrique de Gandía: “La Independencia Americana” –Ensayo- Colección “Los libros del mirasol”, Ed. Compañía Gral. Fabril Editora S. A., Bs. As. 1961

Luis María Mesquita Errea: “Las profecías de Fátima y el triunfo del Inmaculado Corazón de María”, Ed. Comité de Recepción y Homenaje a la Sagrada Imagen Peregrina Internacional de la Virgen de Fátima, Sañogasta, La Rioja, 2001

sábado, 25 de enero de 2014

"...Por la aceptación pasiva de las opiniones impuestas, el apagamiento de las facultades críticas, la pereza de examinar..."

“El público ve como le dicen que es” – Medios publicitarios y masificación

El Chiado, un tradicional barrio de Lisboa
Eça de Queiroz (s. XIX!) describió con gracia un fenómeno terrible: la opinión masificante que imponen los medios de comunicación
 
Medios de comunicación masificantes: “El público ve como le dicen que es

El proceso revolucionario de la masificación, por el que el pueblo es llevado a perder sus convicciones e identidad transformándose en masa -tema central en el
magisterio de Pío XII y en “Nobleza y élites tradicionales análogas”-, no es de ahora.
Si los medios dicen que un modesto hotel es una
catedral gótica, pronto muchos "verán" arcos góticos,
rosáceas y estatuas medievales
Lo observó con fina ironía el gran escritor portugués del siglo XIX, Eça de Queiroz –genial, aunque no siempre recomendable… ¿Si así era en aquellos tiempos, cómo será ahora, con la tv, Internet y la deformación de la realidad practicada a diario por el “macrocapitalismo publicitario”?
hombre sin discernimiento eça de q
“…el público ve como le dicen que es…”
A continuación presentamos el texto, con pequeñas aclaraciones:

 “Las Farpas [revista literaria] tenían completamente otro procedimiento: era obligar a la multitud a ver verdadero. Un gran pintor de París decíame el año pasado: La multitud ve falso… Ve falso, sí, en Portugal sobre todo. Por la aceptación pasiva de las opiniones impuestas, por el apagamiento de las facultades críticas, por pereza de examen –el público ve como le dicen que es.
“Que mañana el Diario de Noticias, o bien otro órgano de prestigio, declare que el Hotel Alliança, en el Chiado [barrio típico de Lisboa] es una maravillosa catedral gótica, que insista sobre esto en las noticias locales y en el suplemento; -y dentro de una semana el Público vendrá a hacer en el largo de Loreto [plazoleta cercana al hotel] semicírculos extáticos y verá, positivamente verá, las ojivas, las rosáceas, las torres, las maravillosas esculturas del Hotel Alliança. (…)”
(“Obras de Eça de Queiroz – Notas contemporáneas”, in “Ramalho Ortigao – Carta a Joaquín de Araujo”, traducc. de Andrés González Blanco, Biblioteca Nueva – Madrid)


sábado, 18 de enero de 2014

Carlomagno, profeta y vencedor de los enemigos de la Civilización Cristiana -I-

En base a notas tomadas de exposiciones verbales de
PLINIO CORRÊA de OLIVEIRA
Carlomagno, por Durero, con las insignias imperiales, el águila de Alemania y la flor de lis de Francia

        El conceptuado historiador Juan B. Weiss, en su “Historia Universal”, brinda los siguientes datos biográficos:
         En 772, a los 30 años, Carlos asumió el gobierno del reino de los francos. Con toda razón fue llamado “magno”, mereciendo ese apelativo como general y conquistador, ordenador y legislador de su inmenso imperio, y como promotor de toda la vida espiritual de Occidente.
         Con su gobierno, las ideas cristianas lograron victorias sobre los bárbaros. Su vida fue una constante lucha contra la grosería y la barbarie que amenazaban la Religión Católica y la naciente cultura.
         Emprendió nada menos que 53 expediciones militares, contra  los sajones,  los aquitanos,  los lombardos, los árabes de España, los turingios, los avaros, los bretones, los bávaros, los eslavos, los sarracenos de Italia, los dinamarqueses y los griegos.
         En la Navidad de 800, el Papa San León III lo elevó a la dignidad de Emperador, fundando así la más noble institución temporal de la Cristiandad, el Sacro Imperio Romano-Germánico.
El 28 de enero de 814 murió Carlos, después de recibir la Sagrada Comunión. Fue enterrado, de acuerdo a la leyenda, en un nicho de la Catedral de Aachen (Aquisgrán), en posición erecta, sentado en un trono, empuñando la espada y teniendo el libro de los Santos Evangelios.
         Es el modelo de los emperadores católicos, el prototipo del caballero y la figura central de la gran mayoría de canciones de gesta medievales.
*     *     *
         Carlomagno, con sus hazañas y su grandeza, evoca la figura extraordinaria de Moisés. Este fundó el orden del pueblo elegido, prefigura de la Cristiandad. Fue quien recibió la revelación de los Diez Mandamientos y condujo al pueblo elegido hasta las puertas de la Tierra Prometida, sacándolo del cautiverio y constituyendo los elementos fundamentales para consolidarse y preparar las condiciones para que de él naciera el Salvador.
         Carlomagno tuvo una tarea análoga. Cuando el pueblo católico corría peligro de hundirse en una servidumbre inminente a manos de los peores adversarios, por una lucha tremenda los venció a todos estableciendo los fundamentos de la Civilización Cristiana.
         Cuando los bárbaros comenzaron a instalarse en suelo europeo e imponer su tiranía, se vio que, en el Imperio devastado, había quedado en pie la Iglesia. Había un punto de salvación para intentar salir del abismo: fortalecer la influencia de la Iglesia y así volver a levantarse de la situación miserable en que Europa había caído.
         Una nueva catástrofe se produce en la Península Ibérica, que es invadida por mahometanos a causa de la flojera y quinta-columnismo de los visigodos que habitaban España. Ella fue tomada en su mayor parte y la oleada árabe comenzó a invadir la Europa semi-romana y semi-bárbara a partir de los Pirineos.
         Los mahometanos desembarcaban en Italia, en el sur de Francia, y comenzaban sus invasiones. Esa llaga viva que era la Europa de aquel tiempo empezó a sufrir también el castigo de los musulmanes.
         Fue en ese momento, en que todo parecía perdido, que Dios suscitó ese hombre extraordinario que fue Carlomagno. Un hombre que –a nuestro entender- fue un profeta; un hombre que realizó el reino de Dios porque tenía el don de comprender en qué consistía, y de conducir a otros a unir sus voluntades para esa realización. Tenía –por sobre todo- el don de vencer, de derrumbar los obstáculos que se opusieran a alcanzar ese fin.
         Como vimos, al frente de los francos, hizo más de cincuenta expediciones militares en las que descalabró completamente a los bárbaros. Luego contuvo, también, el poderío mahometano. Y así hizo volver atrás las puertas de la Historia. Esta parecía condenar irremisiblemente al pueblo latino a la desaparición bajo la presión germánica y la mahometana.
Carlomagno salvó la latinidad; y, salvándola, salvó la Cristiandad.
                                             

         El hombre que realizó tan extraordinarias hazañas era hercúleo. De elevada estatura, trazos regulares y bien formados, conservando algo de juvenil aún en la ancianidad, y, en su mocedad, algo de la madurez de la ancianidad. De joven infundía respeto como si fuera mayor, y, en su vejez, sabía infundir entusiasmo como si fuese joven.
         Al mismo tiempo era amable al punto de que la leyenda popular lo llamaba “el rey de la barba florida”, de quien, al sonreír, nacían flores. Podemos medir la riqueza de su personalidad: terrible en el combate –al enterarse de que estaba presente en un frente de combate, sus adversarios sabían que media batalla estaba perdida; y asimismo tan gentil, que parecía que de su barba nacían flores.
A la par de gran guerrero fue gran formador de hombres. Constituyó un conjunto de varones que pasó a la Historia: los Doce Pares de Carlomagno. Cada uno de ellos era como un hijo y embajador de él, dotado de su “carlomagnicidad” y participando de su majestad, fuerza y grandeza.
         En esa relación se destaca el valor del nexo que los unía. Solidaridad sin orgullo ni envidia, que buscaba el servicio del Emperador y así servir la causa de la Civilización Cristiana, y análogamente servir a la Iglesia Católica, a la Ssma. Virgen y a Nuestro Señor Jesucristo en lo más alto de los Cielos. Por eso eran tan unidos, realizando el ideal de la amistad noble, fuerte, varonil, sin pretensiones y leal, que caracterizó a los Pares de Carlomagno.
         Siguiendo una tradición cristiana, en varios países de Europa  la alta Nobleza trató de asumir el título de Par. Ejemplo de ello son los Pares del Reino, en Francia y en el Reino Unido(**) –[(**)nota: también lo hicieron los conquistadores en Hispanoamérica, como veremos más adelante en Revolución y Contra-Revolución en las tres Américas, tema que venimos desarrollando en  este sitio].
                                               *        *        *
Carlomagno no sabía leer ni escribir. Al contrario, sin embargo, de los que creen que el pensamiento comienza en un libro, y que antes de pensar en un asunto comienzan por comprarlo, sabía ver la realidad de muy diferente modo. Tenía una tal noción de las cosas, una tal inteligencia, que organizó la instrucción en todo su Imperio convocando a hombres como Alcuino, capaces de desempeñarse como una especie de Ministros de Cultura y Educación.
         No sólo eso. Había Concilios de Obispos, en los que participaba. Viendo a los Obispos tomar decisiones –pues a ellos les cabe decidir en asuntos eclesiásticos- hacía uso de la palabra y entraba en los debates teológicos, generalmente con éxito. Era en esos casos quien tenía la fórmula teológica correcta, pese a no haber estudiado en los Seminarios. Se comprende, así, lo que era este varón…
Fue el muro de defensa de la Iglesia, el sostén de la Iglesia, el hijo de la Iglesia. No invadió sus derechos, respetó su soberanía, le reconoció todo su poder.
¿Cuál fue la actitud de la Iglesia hacia él? Lo veremos en la restante nota.


domingo, 5 de enero de 2014

La leyenda de los Tres Santos Reyes




Los Reyes Magos ejercieron una poderosa atracción sobre la cristiandad medieval. Su generosidad, espíritu de fe y de aventuras, y su grandeza, despertaron gran fascinación en las almas sedientas de maravilloso.
Caballeros y peregrinos  traían de Tierra Santa narraciones acerca de los misteriosos personajes reales que formaron la leyenda. El docto Johannes von Hildesheim, fecundo escritor,  Abad de Marienau, y profesor en Avignon y París (s. XIV), fue un destacado recopilador de estos relatos, cuya versión de la leyenda encantaba al propio Goethe. Veamos algunos pasajes de este relato penetrado de un perfume de inocencia, propio de la auténtica Navidad (*).

Primeros fieles de la gentilidad
“Todo el mundo de Oriente a Occidente alaba y honra a los Tres Santos Reyes. Como fulgurantes rayos de sol brilla su fama. En la tierra del Levante se desarrolló su vida corporal. Allí buscaron al verdadero Dios Hombre, lo adoraron y le trajeron sus dones, tan ricos en significado.
“Fueron estos primeros fieles de la gentilidad los primeros paganos que se convirtieron e hicieron votos de castidad y pureza y llevaron una vida santa”. Sus reliquias se veneran en la portentosa Catedral de Colonia, elevada en su honor.

El Monte de las Victorias
La Montaña de Vaus, en la India, llamada también Mons. Victorialis –Cerro de las Victorias- sobresalía por su altura sobre todas las demás. Allí los Indos mandaban vigías para anunciar cualquier peligro por señales de fuego o de humo, según la hora. El profeta Balaam había anunciado: “surgirá una estrella de Jacob y derribará a todos los hijos de Set” (los enemigos de Dios).
Los ancianos pagaron generosamente vigías y ellos mismos subieron al Monte Vaus para observar si, de día o de noche, de cerca o de lejos, aparecía una estrella o una luz inesperada, debiendo comunicarlo de inmediato.
La profecía se mantuvo por mucho tiempo en todos los pueblos de Oriente. Había una estirpe de “los nobles de Vaus”; a ella pertenecía el rey Melchor, que regaló el oro al Niño Dios.
También existía en Oriente la ciudad de Akkon, de magnificencia legendaria.  Allí se dirigieron desde la India los nobles de Vaus, construyendo un poderoso castillo de esplendor real. Conservaba una corona de oro recamada de gemas, piedras preciosas y perlas. Tenía inscripciones con letras del alfabeto caldeo y el signo de la cruz,  además de una estrella. Habría pertenecido a Melchor, que también era rey de Nubia. Dios obró por ella milagros en honor a los tres reyes. Cuando alguien caía víctima de apoplejía, se la ponían sobre la cabeza y enseguida se levantaba, curado.

Vigilia en lo alto del cerro
Aumentaba entre los gentiles el deseo de que se cumpla la profecía de Balaam, sobre la cual, aunque paganos, no tenían la menor duda. Buscaron doce hombres sabios y dignos y los enviaron al cerro. Cuando uno moría, otro lo reemplazaba. Su misión era descubrir la estrella y advertir el Nacimiento del Hombre al que las estrellas servían.
Era el mejor lugar para contemplar el firmamento y tenía un espacio destinado a un fin especial que fue cumplido después del Nacimiento: levantar una capilla. Allí pusieron una columna finamente labrada sosteniendo una estrella que giraba con el viento y brillaba a lo lejos.

La estrella se levanta sobre la montaña de Vaus
A la misma hora en que nacía el Salvador, se levantaba sobre el Monte de las Victorias una estrella. Lentamente, como si fuera un águila, permaneciendo inmóvil sobre la cumbre. Iluminaba al mundo entero.
Ni siquiera el sol del mediodía lograba oscurecerla. Tenía la figura de un niño y el signo de la cruz. Una voz se oyó de la estrella diciendo: “Hoy ha nacido el Señor, el Rey de los Judíos, que es la esperanza y el Señor de los gentiles. ¡Id, pues, buscadlo y adoradlo!”

Los reyes se ponen en camino
Los que vieron y oyeron esto se atemorizaron, admirados, pero no dudaron que fuese la estrella anunciada por Balaam.
En la India, Caldea y Persia, los tres reyes  recibieron la noticia, llenos de alegría de que les fuera permitido vivir los días de bendición en que apareciera el astro.
No se conocían entre sí ya que sus reinos quedaban distantes, pero recibieron la noticia al mismo tiempo. Se prepararon debidamente, con regalos de profunda significación, vestimentas magnificas y lujo real, con caballos, mulas y camellos, y una larga comitiva, y partieron a buscar y adorar al Rey recién nacido, que sentían tan por encima de ellos . Por eso se vistieron del modo más rico y distinguido y enviaron una gran caravana con comida, bebida y bastimentos.
La estrella los guiaba en el camino. Durante el día descansaban y a la noche andaban, ya que su brillo era como el del sol.
Eran tiempos de paz. Las puertas de las ciudades estaban abiertas. Los habitantes de los reinos que recorrían se atemorizaban y llenaban de admiración al ver a estos reyes con sus grandes escoltas, que viajaban de noche alumbrados como en el día. Nadie sabía de dónde venían ni hacia dónde iban. Dejaban los caminos marcados por los cascos de incontables animales. Largo tiempo se habló de esto en Oriente.

Encuentro en Jerusalén: alegría de los buenos y terror de los malos
“Por diversos caminos llegaron a Jerusalén. Al tener noticia uno del otro se abrazaron llenos de alegría, relatándose el milagro que los reunía allí para el gran acontecimiento esperado por los siglos. Conocieron que ésa era la ciudad real que sus antepasados conquistaran varias veces esperando encontrar al Rey recién nacido”.
Frente a semejante comitiva, tan bien equipada cuanto inesperada, Herodes y los habitantes tuvieron miedo: era tan grande que los muros no podían contener la multitud de hombres y animales. La mayor parte acampó en las afueras, como un ejército alrededor de la urbe.
Sobre la reacción de Herodes y los doctores, que les informaron que el rey habia nacido “en Belén de Judá”, comenta el autor:
“Los doctores sabían desde antes del Nacimiento del Señor, y conocían el lugar de su Natividad. Luego, no tuvieron excusa por su falta de fe y su negativa posterior”. Citando a San Gregorio, añade: “Los judíos tenían el espíritu de profecía pero estaban ciegos y no veían a Aquel de quien tantas cosas habían anunciado. Negaban que Cristo hubiese nacido  pero sabían que nacería. Conocían hasta el lugar de su Nacimiento y lo anunciaron a Herodes a su pedido”.



Los reyes llegan a Belén, guiados por la estrella
Por el camino a Belén encontraron a los pastores, que les anunciaron el mensaje del Angel; los Magos les dieron ricos presentes.
Poco antes de llegar se engalanaron con las más finas vestimentas reales. La estrella los condujo hasta un pesebre, deteniéndose sobre él en el cielo. Un fulgor maravilloso iluminaba la caverna, y, al entrar, vieron al Niño con María, su Madre, cayeron de rodillas y lo adoraron. Luego abrieron sus cofres y le ofrecieron sus dones: oro, incienso y mirra de sus reinos.
Los dones significaban tres propiedades de la Persona de Nuestro Señor Jesucristo: majestad divina, poder real y mortalidad humana.
El incienso significa sacrificio, el oro tributo y la mirra se utiliza para enterrar los muertos, en espera de la resurrección. La santa Fe los ofrece continuamente honrando al verdadero Dios, verdadero Rey y verdadero Hombre.
El oro es un símbolo de honra y templanza virginal, que representa la castidad de los reyes; el incienso, refuerza la idea de pureza sumada a la de devoción y entrega; y la mirra, símbolo de mortificaron, refleja el carácter pasajero de la carne, que por obra de Dios resucitará.
Los tres reyes besaron el suelo frente al pesebre y las delicadas manos del Hijo de Dios. Con modestia y sacralidad depositaron sus dones cerca de la cabeza del Niño. Algunos habían pertenecido a Alejandro Magno y luego a la reina de Saba, que los llevara al templo, de donde fueron robados cuando la destrucción de la ciudad real.

Pobreza, intimidad sacral y grandeza
Encontraron al Niño en tan grande pobreza como les dijeran los pastores. En la humilde vivienda brillaba la luz de la estrella milagrosa con tanta intensidad que todos parecían encontrarse en llamas. Tan absortos estaban que de sus cofres tomaron lo primero que les vino a la mano. El rey Gaspar, con lágrimas en los ojos, trajo un envase con mirra. Un temor sagrado se apoderó de ellos, sumidos en profunda contemplación. Oyeron a la Ssma. Virgen decir suavemente, con la cabeza algo inclinada: “Dios sea alabado”.
Entre los dones se encontraba una esfera dorada que perteneciera a Alejandro Magno. Por su lado de orgullo humano, al tomarla el Niño Jesús, se convirtió en polvo y ceniza.
Como la roca, que, sin obrar humano, se separó de la montaña, y como en la terrible visión de Nabucodonosor, en que el ídolo se convirtió en polvo y ceniza, así también nació Cristo de una Virgen, sin intervención humana. Rebajó a los orgullosos que se sienten poderosos y elevó a los humildes de corazón, como los Santos Reyes Magos.
El poseía, en su deliberada pobreza y pequeñez, el poder de convertir en nada la esfera que representaba al mundo, y de mover las almas para edificar una civilización en que se haga su voluntad, así en la tierra como en el Cielo.

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* La Leyenda de los Tres Santos Reyes („Die Legende von den heiligen Drei Königen“, Ed. DTV, Munich, 1963).